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  1. A Brossa (Perejaume, 2009)
    Perejaume, 2009

    Perejaume, uno de los artistas catalanes más celebrados, se declara alumno de Joan Brossa: el artista, poeta, mago y sinvergüenza que nos descubrió la poesía visual. Siguiendo este espíritu lúdico brossiano, Perejaume utiliza una medianera en la plaza de la Prosperitat, en el barrio homónimo, donde escampa entre la pared y el suelo las seis letras de su nombre, unidas por unos puntos que, según el artista, se inspiran en el juego de la charranca. Pero el nombre de Brossa no es tan fácil de ver, hay que adivinarlo de lejos...

  2. A los castellers (Antoni Llena, 2012)
    Antoni Llena, 2012

    Este monumento tiene más historia en los periódicos que en su emplazamiento definitivo, en la plaza de Sant Miquel, detrás del Ayuntamiento de Barcelona. Fue encargado por el consistorio al artista en el 2004, y debía de ser montado delante del mercado de Santa Caterina. Una serie de despropósitos estuvieron a punto de dejar la obra en el limbo, pero finalmente fue instalada con algunas modificaciones, como una altura inferior y la eliminación de una plancha metálica encima. En la base podemos leer unos versos del poeta Paul Celan: “Sóc més jo si tu ets més tu” (soy más yo si tú eres más tú); un homenaje a este poeta de expresión alemana y al espíritu de los 'castells'. Los vecinos, en principio opuestos al monumento, se han acabado acostumbrando, y ahora los niños juegan en su interior. Y a su alrededor, la gente traza dibujos naíf con tiza. Parece que todo el mundo le hace caso a Celan...

  3. Font de Santa Caterina (Enric Miralles y Benedetta Tagliabue, 2006)
    Enric Miralles y Benedetta Tagliabue, 2006

    ¿Quién corta el bacalao? En 1233 lo hacía el rey Jaume I, que concedió a los frailes predicadores el derecho a llevar agua del rec Comtal para usos del convento de Santa Caterina. El convento fue desamortizado y convertido en mercado, pero el agua seguía brotando. Y cuando Miralles y Tagliabue lo reformaron, le dieron a la fuente forma de bacalao. Una fuente donde los trabajadores de siempre desalaban el bacalao, el alimento de los pobres. Y con las picas del mercado que decoran la fuente, nosotros podemos repetir la operación.

  4. Les Formigues (Joan Salvat-Papasseit, José Manuel Pinillo (Realización)))
    Joan Salvat-Papasseit, José Manuel Pinillo (Realización))

    En el paseo del Born con Rec, si miramos hacia arriba, encontraremos un caligrama de Joan Salvat-Papasseit, el poeta vanguardista catalán más querido. Pertenece al libro 'L’irradiador del port i les gavines', del 1921, y dice: “Camí del sol / per les rutes amigues / les formigues” (Camino del sol, por las rutas amigas, las hormigas). Su translación monumental en una medianera es iniciativa de José Manuel Pinillo, y se enmarca en el proyecto 'Mapapoètic', con motivo del Fòrum de les Cultures. Qué lástima que no rindamos más homenajes de este tipo a nuestros poetas.

  5. Mural del sida (Keith Haring, 1989 (2014))
    Keith Haring, 1989 (2014)

    El 27 de febrero de 1989, el artista norteamericano Keith Haring pintó en cinco horas un mural en la plaza de Salvador Seguí, del Raval, donde se podía leer: “Todos juntos podemos parar el sida”. Debajo, una serie de figuras humanas eran perseguidas por una serpiente, a la cual le cortan la cola y le ponen un preservativo. Haring moriría poco después, víctima de esta enfermedad. El mural, de treinta metros de ancho, estaba sobre un plano inclinado, a los pies de un muro de ladrillo. En 1992, con motivo de una reforma urbanística, el mural fue destruido, no sin un previo calco exacto, y muestras de la pintura utilizada. En 2014, el mural fue “reconstruido” en el patio posterior del MACBA, en un muro de hormigón que lo separa de las viviendas de la calle de Ferlandina. Unos metros más allá, hay un mural de Chillida.

  6. El mundo nace con un beso (Joan Fontcuberta, 2014)
    Joan Fontcuberta, 2014

    Nada más eterno y a la vez más efímero que un beso. O al revés, nada más eterno que miles de fotografías digitales, de parejas besándose, hechas de cerámica, inmersas en un gran mural que es un gran beso. Esta fue la idea del artista Joan Fontcuberta, propagada por El Periódico, y compuesta con las fotos que, por correo, enviaron los lectores. Todos esto, dentro del lema principal de las celebraciones del Tricentenari: “Vivir libre”. La historia como intrahistoria, y lo podéis ver en la plaza de Isidre Nonell, muy cerca de la catedral.

  7. Meeting Point (Jordi Benito, 2009)
    Jordi Benito, 2009

    Los meeting points son los punto de encuentro de los no-lugares. Pero este meeting point también sirve para rememorar una frase de Pompeu Fabra: “Amb un acte de paraula podem expressar més d’un pensament” (con un acto de palabra podemos expresar más de un pensamiento), escogida por el poeta Antoni Marí, convertida en fórmula matemática por el científico Jorge Wagensberg y convertida en obra de arte por el desaparecido Jordi Benito, que no pudo vivir la inauguración. La podéis encontrar en el vestíbulo de la estación de Provença de los Ferrocarriles de la Generalitat.

  8. Bruum-Ruum (David Torrents y Maurici Giner)
    David Torrents y Maurici Giner

    'Instalación lumínica' es una etiqueta provisional para una propuesta artística que bascula entre lo que es monumental y lo que es lúdico. ¿Cómo podemos explicarlo? Delante del D-HUB, en la plaza de las Glòries Catalanes con la avenida Meridiana, hay una explanada que, cuando se hace de noche, se ilumina. Pero no se ilumina porqué sí. Hay unas trompetas clavadas en el suelo, por donde la gente puede hablar, cantar, gritar... Y respondiendo a estos impulsos sonoros, un programa informático diseñado por Rebeca Sánchez genera efectos sinestésicos a través de un complejo de combinaciones cromáticas producidas por líneas de led que hay en el suelo. Las parejas de color asociadas se desplazan como olas, con ondulaciones irrepetibles. Algunos músicos la han adoptado y vienen a experimentar cromáticamente sus interpretaciones.

  9. Mural del cómic (Daniel Torres, 2011)
    Daniel Torres, 2011

    Barcelona conoció el cómic para adultos a finales de la década de los 70. Una de las corrientes principales de este nuevo género adoptó los principios de la línea clara, la que habían cultivado los belgas con historietas como las de Tintín. Norma editorial apostó enseguida por la línea clara, y publicó a autores como Mariscal, Miquel Beltrán, Micharmut, Sento y Daniel Torres. Precisamente Torres ha sido el encargado de decorar el exterior del almacén de Norma en el Poblenou, con un homenaje hermoso y nostálgico.

Arte en la calle en Barcelona

No hace falta ir al MACBA para ver arte del siglo XXI, Barcelona está llena de obras maestras en diferentes rincones

Escrito por
Time Out Barcelona Editors
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Ya no se estilan los monumentos. Grandes figuras humanas, a veces a caballo, fundidas en bronce para conmemorar a los padres de la patria o a los desaparecidos en mil y una contiendas. Estamos en la era de Facebook, donde lo que es público es sustituido por lo que es compartido, los like y el selfie complaciente. Monumentos como el dedicado a Frederic Soler Pitarra, en la Rambla, sugieren mundos arcaicos, desfasados, a medio camino del tótem y lo pasteloso.

La era de los monumentos se acabó con la caída de las Torres Gemelas. Ahora, los mejores homenajes están construidos con el vacío, como el Solc a Salvador Espriu (2014) que cavó -es una forma de hablar- Frederic Amat en los Jardinets de Gràcia. El siglo XX fue el siglo de las utopías, el siglo de las dos guerras mundiales, los genocidios, la bomba atómica y la Guerra Fría. El siglo XXI no es que sea mucho más pacífico, pero ha evolucionado en conceptos como "estado del bienestar" y "cosa pública", y ha instaurado los "valores líquidos" y el "poder blando" de la posmodernidad.

Y esto se nota en los monumentos, perdón, en el arte en la calle de Barcelona, en su mayoría pagado por las instituciones. ¿Tardaremos mucho en ver arte público financiado por Verkami? ¿Nos quejaremos cada vez que las autoridades inauguren una obra de arte porque querríamos ver ese dinero destinado a algo más útil? Porque, claro, ¿para qué sirve el arte? En nuestra casa escogemos nosotros mismos la decoración, pero en la calle... ¿Por eso hay cada vez más monumentos de estética minimalista? ¿Podríamos hacer una lista con los temas más pasados de moda a la hora de hacer arte en la calle, y otra con temas emergentes? Por ejemplo, militares, religiosos y políticos están de capa caída. Escritores -preferentemente poetas-, causas como el sida y las minorías discriminadas, asociacionismo civil y espacios de intervención lúdica, cada vez cotizan más.

Todo esto, y mucho más, lo podéis ver en la web del Ayuntamiento. En la sección "Por temas" hay un enlace al catálogo de arte público: un total de 2.815 obras que cubren 800 años de historia monumental, excelentemente documentada.

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