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Entrevista a Pere Camps, director del BarnaSants

Pere Camps, el activista musical que está detrás del BarnaSants, es de los que creen que una guitarra puede matar fascistas, y que la cultura nos da libertad

Escrito por
Time Out Barcelona Editors
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Olvidaos de Primavera Sound y de Sónar: “El BarnaSants es el único festival con el nombre de la ciudad en la marca”, dice Pere Camps, artífice del festival de canción de autor de Barcelona y su área metropolitana, que celebra una 18º edición que se alargará hasta el 14 d’abril. Activista cultural y revolucionario, Camps recibió en el 2012 el Premi Nacional de Cultura y la Medalla d’Honor de Barcelona.

Nos cita en las Cotxeres de Sants, donde nació el festival en 1996 y donde vuelve este año para hablar de canción de autor. Pero acabamos hablando de muchas otras cosas tanto o más importantes.

Tuviste la iniciativa de montar la plataforma Defensem la Cultura. ¿Cuáles son sus objetivos?
Las tres líneas de actuación son luchar contra los recortes; luchar contra el golpe brutal del 21 % de IVA, una represalia contra el sector cultural que se sabía que no serviría para recaudar más y que destruiría puestos de trabajo; y defender que la cultura es fundamental en Europa. Es necesario que el Parlamento Europeo haga una resolución de apoyo a la cultura y fije un IVA reducido que ningún estado pueda superar.

¿Por qué defiendes la cultura?
Un país avanzado deber fortalecer la cultura, garantizar la pluralidad y el acceso libre a toda la ciudadanía. La cultura nos da libertad para decidir, es el instrumento que nos permite ser críticos, y la crítica hace avanzar el mundo. Por eso todos los gobiernos son reticentes, incluso los que supuestamente son favorables. Se debe mirar el presupuesto que se destina a la cultura. En nuestro país nunca ha estado en consonancia con el que se destina en el resto de Europa.

Hay quien critica la cultura porque recibe subvenciones.
Es demagogia. Una subvención es una partida económica del estado con la que se reparten los impuestos, que se pueden utiliza para hacer cultura o para comprar tanques. Tildar la cultura de subvencionada es manipular la realidad, porque el concepto es peyorativo. Es un ataque ideológico que demuestra cómo de peligrosa es la cultura. La cultura aporta más dinero al PIB que la automoción. ¿Cuánta gente viene a Barcelona a ver la obra de Gaudí y los museos? ¿Cuánta gente viene a ver un tanque?

¿Salvaremos la cultura?
Dependerá de la capacidad que tengamos de unirnos y movilizarnos, pero lo podemos conseguir. Con la lucha se pueden cambiar las cosas, hay alternativas.

¿Qué alternativas?
Los músicos podrían crear cooperativas, que son instrumentos para enfrentarse a los poderes económicos. El micro mecenazgo también me parece fantástico, porque da independencia permite no depender de condicionantes ideológicos. Se debe ir refinando, quizá creando asociaciones que den apoyo a los proyectos sin pagar el IVA. Esto, con las leyes actuales, se podría articular, no sería necesario esperar a la ley de mecenazgo, que no se entiende que no tengamos todavía. Si no la tenemos es porque la clase política que ha gobernado no ha querido. Le da miedo que la cultura se pueda autofinanciar. La ley de mecenazgo favorecería a todo el mundo, porque si un particular invirtiera en cultura tendría beneficios fiscales. Pero hace tantos años que se está cocinando que ya debe estar caducada. Quizá es una leyenda urbana.

El año pasado recibiste el Premi Nacional de Cultura y la Medalla d’Honor de la ciudad.
Son reconocimientos al BarnaSants, yo he recogido los premios porque soy el “cap de colla”. Es un reconocimiento colectivo. Demuestran que el trabajo en red avanza.

¿Cómo valoras el trabajo hecho en el festival?
BarnaSants nació con 10 conciertos, era un ciclo de resistencia. El triunfo es pasar de ser resistencia a ser un punto de referencia: este año hacemos más de 100 conciertos. Uno de los objetivos era situar la canción de autor como referencia musical de cultura, y en esto estamos avanzando. Ahora queremos que la canción de autor articule los Països Catalans, y vamos por el buen camino.

¿Habéis pensado en algún proyecto que vaya en esta línea?
Queremos articular una red de 100 salas de los Països Catalans para montar giras estables para canción de autor, de pequeño formato, guitarra y voz. La previsión es que arranque en 2014 y llegar a las 100 en tres años.

También exportáis músicos.
Somos internacionalistas, este año programamos un intercambio catalano-occitano y tenemos buenas relaciones con Latinoamérica, lo que nos ha permitido montar la Bienal Catalunya-Uruguai. También queremos organizar pequeños BarnaSants en Cuba y Italia para que nuestros cantautores puedan hacer giras.


¿La canción protesta goza de buena salud?
Toda canción tiene un mensaje, un sistema de valores. Pero el BarnaSants reivindica la canción con contenido, la que es crónica de su tiempo, la que lucha. Hay músicos que se mojan más y hay quienes se mojan menos, pero cada vez más en las letras hay referencias a lo que está pasando. Hay que ser marciano para que no te afecte.

Este año volvéis a las Cotxeres de Sants. ¿Por qué os fuisteis?
Montar allí conciertos es muy caro, cuesta lo mismo hacer tres en otro sitio. Tuve que dejar de hacer conciertos porque sin apoyo del distrito era imposible. Ahora ha coincidido mi deseo de volver con la del distrito. El barrio ha querido hacer suyo el instrumento más internacional que lleva su nombre.

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