1. La Paceña
Todo un clásico del barrio de Belgrano. Desde que abrió sus puertas en 1991, deleita a los amantes de las empanadas bien crocantes por fuera y súper jugosas por dentro; y dicen los que saben que es casi un sacrilegio comerlas con cuchillo y tenedor.
De inspiración boliviana – a este estilo de empanadas ellos las llaman ‘salteñas’–, la carta de La Paceña también ofrece una gran variedad de cazuelas, entre ellas, el locro compuesto por carne vacuna, carne de cerdo, panceta, chorizo, batata, repollo maíz quebrado, porotos y salsa de la casa ligeramente picante. De postre: un ‘paceñito’ de batata o membrillo.
El dato: Don Víctor se llama el dueño de La Paceña y su restaurant es un homenaje a sus abuelos, quienes vivieron durante varios años en Bolivia en donde criaron a sus hijos. Las recetas autóctonas las heredó de su abuela Catalina.
Dónde: Echeverría 2570.