El inclasificable y siempre sorprendente actor Luis Bermejo tiene algo que hacer, y lo va a hacer a su manera. Con texto y dirección del rara avis del teatro Pablo Rosal (del que Bermejo ya protagonizó la obra 'Los que hablan', junto a Malena Alterio), el monólogo nos presenta las peripecias de un hombre moderno que sale al mundo desde el hogar en busca de una actividad que sustente su existencia, la ocupación que da sentido como persona. Tema que por su propia elementalidad se revela fecundo a la hora de entender por qué la construcción del sentido de nuestra vida tiene que ver con tener algo que hacer.
El monólogo es tan antiguo como el teatro, es casi el origen del teatro, la esencia que representaron esas personas que se paraban en cualquier lugar a contar cosas, como verdaderos hombres y mujeres orquesta, arremolinando gente alrededor para estimular su imaginación, su conocimiento o su risa. Género infinito, ha usado siempre el humor para atraer la atención y conservar en la memoria relatos a veces elevados y a veces populares, y la modalidad del stand up ha llevado en las últimas décadas esta modalidad escénica a cotas de irreverencia e ingenio que la ha hecho muy célebre. Hoy es una de las opciones de ocio preferidas por gente de toda edad y condición. Aquí os damos unas cuantas recomendaciones, mezclando el puro monólogo de humor con otros centrados en temas más candentes como el trabajo, el racismo o el feminismo.
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