8 casas-cueva de lujo en la Península

Os proponemos escapadas diferentes, en alojamientos excavados bajo tierra, para disfrutar de la naturaleza desde otra perspectiva

Airbnb, casas-cueva, Níjar, Almería
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Dormir bajo paredes de roca natural y formas sinuosas y rupestres pero con todas las comodidades modernas es, hoy en día, una experiencia al alcance de todos los bolsillos. Toda una aventura que, más allá de emular cualquier estilo cavernícola, al dormir en las entrañas de la tierra como se hacía en tiempos ancestrales, sorprende por todos los pequeños lujos que incorporan este tipo de alojamientos en la actualidad. Para empezar, las casas-cueva están aisladas de forma natural a nivel acústico, algo que brinda una paz y tranquilidad únicas para relajarse y desconectar. Además, la temperatura no es ningún problema en este tipo de alojamientos ya que son bioclimáticas, aislando el frío en invierno y el calor en verano y manteniendo una sensación térmica de lo más agradable en cualquier época del año. 

Aunque son muy habituales en el sur de España, especialmente en Granada, podemos encontrar casas-cuevas sorprendentes repartidas por toda la Península Ibérica. Las hay en parajes naturales espectaculares y, también, en pleno centro histórico de algunas poblaciones. Hemos hecho una búsqueda de las más sorprendentes, ¡os las descubrimos!

1. Abovedada y entre oliveras en Tivenys, Tarragona

Rodeada de un entorno natural espectacular, frente al parque natural de Els Ports y en el valle del río Ebro, en una zona rústica en la que se extienden las oliveras centenarias, este alojamiento para cuatro personas se integra de forma natural en el paisaje. Está construido bajo una antigua terraza agrícola, con grandes arcos de piedra, techos abovedados y ondulados, una claraboya central y numerosos pozos que inundan de luz natural los espacios interiores, creando una sensación mágica que varía a lo largo del día y en función de la posición del sol. El interior, decorado con mucho encanto y gran gusto de detalles, ofrece numerosos rincones acogedores y diversas atmósferas. Y el exterior se abre como un jardín en medio del campo, a la sombra de un olivo imponente, con barbacoa y hamacas donde relajarse en familia o con amigos contemplando el hermoso paisaje. ¡Todo un lujo!

2. Con jacuzzi y decoración árabe en Cubas, Albacete

Rodeada de preciosos parajes naturales, repletos de rutas de senderismo y entre los ríos Júcar y Cabriel, esta casa-cueva para dos personas se encuentra ubicada en un cañón y está totalmente incrustada en la montaña. Sus paredes de roca a la vista se combinan con una decoración árabe, con coloridos azulejos y un montón de detalles y adornos en cada uno de los rincones, como alfombras, lámparas de forja e, incluso, el jacuzzi, ubicado a los pies de la cama. ¡Un ambiente que os transportará a un mundo mágico! Además, en el exterior se abre una gran terraza soleada y con vistas al entorno que os proporcionará momentos de desconexión y paz. Sin duda, un lugar ideal para una escapada en pareja.

3. Una cueva del siglo VIII en Hita, Guadalajara

No muy lejos de Madrid, a pocos minutos del histórico pueblo de Hita y en un entorno natural rodeado de extensos campos, se encuentra esta gran casa-cueva, una de las muchas que había en la zona hasta mediados del siglo pasado y a las que los habitantes del lugar denominan ‘bodegos’. Era el antiguo hogar de una familia de pastores, ronda los cien metros cuadrados, está dividida en dos partes que conectan con un acogedor patio presidido por un horno de leña y es un refugio ideal para grandes familias o grupos de amigos, puesto que tiene capacidad para ocho personas. Está equipada con todo tipo de comodidades y, además, desde su terraza se contemplan unas vistas espectaculares del entorno. Es la mejor opción para sumergirse en la vida rural y un gran punto de partida para recorrer un sinfín de rutas naturales.

4. Con piscina de sal en Benamaurel, Granada

La población de Benamaurel es conocida por ser una de las que más viviendas excavadas en cuevas tiene de toda España. Rodeada de los parques naturales de sierra de Baza y sierra de Castril, y junto al río Guardal y el embalse del Negratín, es, además, un entorno privilegiado para contemplar aves y otro tipo de fauna endémica de Andalucía. Para vivir como un vecino más, no hay mejor que alojarse en un espacio como los que propone este complejo rural, formado por tres casas-cueva abiertas a una zona ajardinada, con piscina de sal y barbacoa compartida, ideal para relajarse contemplando el paisaje. En el interior os sentiréis como cavernícolas modernos, en unas estancias en las que la piedra encalada de blanco ilumina el entorno con gran encanto. Un pequeño paraíso vacacional.

5. En una cantera de época romana en Córdoba

El barrio de Villarubia de Córdoba, a las afueras de la ciudad, esconde un pequeño y sorprendente paraíso cargado de historia. Se trata de una casa-cueva integrada en una finca ajardinada de 3000 metros cuadrados, en la que hay una cantera que se remonta a la época en que Córdoba fue colonia patricia. Un lugar de paredes de roca exquisitamente reformado sin tocar la estructura original, con entradas de luz natural y espacios armónicos y de diseño que integran de forma natural elementos como un acogedor sofá empotrado en la roca o una bonita cama con dosel. En el exterior, una piscina compartida os permitirá refrescaros los días calurosos y, en la encantadora terraza, podréis disfrutar de cenas bajo la inmensidad del cielo estrellado. ¡Un entorno de ensueño que vale la pena descubrir!

6. Romántica y con bañera de hidromasaje en Valtierra, Navarra

Ubicada en el Complejo Troglodita de Valtierra, muy cerca del desierto de Bardenas Reales y del parque de naturaleza Senda Viva, este encantador alojamiento está pensado especialmente para ser disfrutado en pareja. De ahí que sea conocido como Cueva Suite Passion Bardenera. Está decorado con un estilo minimalista, cuenta con una pequeña cocina, un salón con sofá, un baño y una amplia habitación con cama japonesa y bañera de hidromasaje. Además, en el exterior hay una terraza con barbacoa compartida, así como el bar cueva del complejo. Un lugar ideal desde donde descubrir el paraje semidesértico de Bardenas, uno de los paisajes lunares más sorprendentes de la Península.

7. Con vistas al parque natural Cabo de Gata en Níjar, Almería

Rodeada de una frondosa vegetación y ubicada en una terraza natural con vistas inmejorables, esta casa-cueva para dos o tres personas es un refugio ideal para descubrir el parque natural Cabo de Gata-Níjar y sus playas. Un apartamento encantador, equipado con cocina, dormitorio principal y un salón con sofá-cama individual donde, sobre todo, disfrutaréis de su jardín, que cuenta incluso con una pequeña piscina o pileta. Un pequeño lujito para saborear los aromas y los paisajes del sur.

8. Repleta de historia y restos arqueológicos en Toledo

Siempre vale la pena descubrir (y redescurbrir) la hermosa ciudad de Toledo recorriendo sus calles, que son como un museo al aire libre con un sinfín de monumentos de todos los estilos. Sinagogas, mezquitas, palacios o conventos con más de dos mil años de historia y un centro histórico declarado patrimonio de la humanidad que deja a cualquiera boquiabierto. Y no hay mejor lugar desde donde descubrirlo como esta casa-cueva de lo más auténtica, situada en pleno centro. Conserva restos arqueológicos como una bóveda medieval, ladrillos árabes originales y restos de columnas romanas. Y esta reformada con gran encanto y con todas las comodidades y modernidades necesarios para vivir una estancia de lujo. ¡Cuenta incluso con piano!

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