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La visita del rey se puede resumir como “la única película que ni Bill Murray pudo rescatar”. Y lo más triste de esta afirmación, es que el actor intenta con cierta sinceridad, dotar de humanidad y malicia al presidente norteamericano, Franklin Delano Roosevelt.
El director nos entrega de golpe, sin desarrollar personajes y mucho menos manufacturar una estructura dramática, la relación entre el presidente Roosevelt y su prima segunda, Daisy. Su coqueteo nace a partir de la colección de estampillas y la admiración porque el mandatario conoce a casi a todas las personas dibujadas en ellas. A los pocos minutos, se presenta la escena más memorable del filme: después de viajar en un auto fabricado para que Roosevelt pudiera manejarlo, se detiene en campo lleno de flores, coloca la mano de Daisy en su entrepierna y la cámara se aleja sutilmente mientras vemos un movimiento trepidatorio que sacude al vehículo.
Después de este acto de onanismo, el Presidente anuncia que los reyes de la Gran Bretaña planean una visita a su casa de campo, Hyde Park, para entablar una amistad diplomática. A su llegada el choque cultural se nota terriblemente infantil: Roosevelt y compañía no pueden lidiar con el carácter monótono de sus invitados; por su parte, los monarcas quedan sorprendidos de los enredos sexuales de Hyde Park y sobre todo, en una subtrama exageradamente forzada: sienten pavor porque la Primera Dama los invita a un día de campo donde el plato principal serán hot dogs.
Esta escena demuestra lo que pudo ser esta película: una sátira sobre los jefes de los países más importantes de los años 30, en lugar de una obra vacía sobre los problemas de alcoba de Roosevelt. Ah, porque el personaje de Daisy, y quien en un principio parece ser la protagonista, tiene un papel esporádico durante la segunda mitad del filme. Sus apariciones son a través de voz en off y cuando aparece en pantalla nunca encuentras una motivación: ¿quiere ser la amante oficial?, ¿espera una vida a su lado? Laura Linney es desaprovechada al igual que nuestro tiempo y dinero.