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Desde la primera edición de FICUNAM, Ahora México ha fungido como el radar de tendencias que están imponiendo las incipientes filmografías de directores locales. Un tipo de cine convertido en acto kamikaze que demuestra que ya está totalmente obsoleto el valorar la producción marginal con el lugar común de “made in Roma-Condesa”. No es de extrañarse pues, que si uno revisa el catálogo del festival, se pueda enterar que de las once películas que conforman la sección, sólo tres ya alcanzaron su distribución.
Ahora bien, siguiendo esa lógica, hay que alarmarse un poco que uno de los ejemplos más representativos de lo que se hizo el año pasado sea este trabajo universitario. Engrosando la colección de cintas protagonizadas por personajes deprimidos que abandonan la vida citadina para enrolarse en un road trip; aquí tenemos la historia de dos hermanos; el auto destructivo adolescente Fernando y el confundido púber Gabriel; los cuales resintiendo la fractura familiar (padre ausente, madre esquiva), deciden ir a acampar a un paraje de Valle de Bravo, donde el primero pasó gran parte de su infancia; intentando conservar lo poco que queda entre ellos.
Si exceptuamos unos cinco minutos logrados en la recta final, donde estos hermanos hablan por primera vez de la crisis que se vive al interior del hogar (ello en off, ilustrado por planos de un río, árboles y el atardecer); esta ópera prima no es más que una anécdota mínima, extendida una hora, acerca de cierta reconciliación fraternal.