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'Nameless gangster' fue uno de los títulos más esperados de la última edición del festival de Sitges. La expectación estaba justificada, ya que el tercer filme de Yoon Jong-bin propicia el encuentro de dos nombres carismáticos del cine coreano: Choi Min-sik, protagonista de 'Oldboy', y Ha Jung-woo, visto en la notable 'The yellow sea'. El gran atractivo de la película lo encontramos justamente en la fascinación que provoca el pegajoso personaje que encarna Min-sik, un hombre de apariencia insignificante que durante la década de los ochenta consigue llegar a la cima del mundo criminal, asociándose con un gángster (Jung-woo) y utilizando estratégicamente una larga agenda de contactos. Rechazando mancharse las manos de sangre, esta criatura se erige en un modélico mafioso "político", que no duda al dejarse humillar (y vapulear) cuando le conviene para luego seguir escalando socialmente, con el aura de respetabilidad intacta. Me temo que en Cataluña también tenemos a unos cuantos ejemplares de esta especie.