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Víctima de un atentado perpetrado por un grupo de 'hacktivistas', el doctor Will Caster deja como herencia un radical proyecto de inteligencia artificial, una máquina basada en su cerebro, ávida de poder y controlada por su mujer. Con una premisa similar, la de la relación romántica entre una persona y una máquina, 'Transcendence' hace buena 'Her' de Spike Jonze, una película que tenía suficiente con el rostro de Joaquin Phoenix y con la voz de Scarlett Johansson para construir su discurso. 'Transcendence', en cambio, necesita el cuerpo de Johnny Depp para representar a la máquina. Necesita, también, la suma insaciable de elementos: los 'hackers', la lucha entre ecología e internet, la historia de amor y de amistad, etc. 'Transcendence' busca la trascendencia a partir de la acumulación, obviando la máxima de un filme como 'Her', en el que menos es más.