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Seguramente pasará a la historia como la película del pastel de melocotones, aquella en la que hay una secuencia de diez minutos (o más) donde Kate Winslet y Josh Brolin preparan una masa repostera mientras un niño los mira con cara de sorprendido. Además de momentos tan singulares, el nuevo filme de Jason Reitman se caracteriza por un rotundo cambio de estilo por parte del cineasta. En esta ocasión no hay lugar para la sátira social y el análisis de los comportamientos humanos en el mundo actual. Sólo es una historia romántica con un punto clásico, y un relato de iniciación juvenil de aliento nostálgico. ‘Una vida en tres días’ nos sumerge en un ‘tempo’ suspendido, en un estado melancólico, crepuscular y tenue. Tres personajes encerrados en una casa en condiciones excepcionales que acabarán estableciendo lazos afectivos y familiares que los marcarán para siempre. Y todo con un gusto incansable de pastel melocotón.