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A la hora del aperitivo en el Baste siempre hay buen ambiente, y eso es sin duda un claro indicador de que ahí se come bien. Una cocina tradicional y generosa donde desde hace décadas han adquirido gran fama sus mejillones rellenos. O mojojones, como decimos por aquí. De la cocina no paran de salir bandejas y bandejas de este pequeño manjar que los parroquianos devoran alegres con un vino en la mano. Un buen plan para un domingo por la mañana.