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La 'opera prima' de Gonzalo Bendala quiere ser un ‘thriller’ con elementos hitchcockianos, que se desarrolla con una forma arbitraria y caprichosa, y acaba por abrazar un espíritu de subproducto involuntario. Un casting equivocado, unas interpretaciones casi rozando el delirio (como en el caso de Miguel Ángel Solá en el peor papel de su carrera) y un desarrollo narrativo sin sentido nos intentan conducir hacia un resultado grotesco y absolutamente injustificado. ¿Por qué no decirlo? De juzgado de guardia.