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México atraviesa uno de los momentos más dolorosos en su historia. No hablamos únicamente de la desaparición de los 43 estudiantes, sino del sinfín de noticias que escuchamos a diario. Todos estamos cansados del crimen, la corrupción, los asesinatos y la hipocresía de nuestros gobernantes, o al menos, todos decimos estarlo.
Aunque la realidad es muy distinta porque muy pocos son capaces de asumir la responsabilidad de sus actos y, sin ser conscientes, terminan siendo lo que critican, lo que les cansa. Cuando damos mordida al policía de tránsito porque nos detuvo en el acto, o cuando aprovechamos nuestros contactos para agilizar trámites burocráticos, formamos parte de la red de corrupción que carcome el funcionamiento del país.
En un entorno en el que estamos acostumbrados a actuar de forma deshonesta es mucho más fácil caer en el crimen que evitarlo. Despertar el polvo nos sitúa justo en el seno de esta torrente delictiva.
El tercer largometraje de Carlos Hari Sama (Sin Ton, ni Sonia y El sueño de Lu), nos presenta a “El Chano”, un vagabundo que recorre las calles de la Ciudad de México con una indiferencia casi espiritual. Él no tiene nada que perder, por lo tanto, nadie le puede quitar nada.
Mientras seguimos los pasos de este singular personaje, la violencia y el vandalismo se evidencian y no podemos más que cuestionarnos si el Chano vive así por elección propia o porque las circunstancias le impidieron hacerlo de otra forma.
Luego de un periodo en el que todo parece estar suspendido en el tiempo, el Chano regresa al mundo mundano para ayudar a una persona en aprietos. En un acto parecido a cuando Zaratustra baja de las montañas para sumergirse en el Mercado de las Moscas, El Chano retoma su vida exactamente donde la dejó. Busca ayuda con su antigua pandilla y regresa a la vida del crimen. Aunque esta vez sus intenciones son muy distintas, termina siendo foco de atención de la policía. Ellos lo extorsionan para que continúe con sus asaltos, es decir, son los nuevos líderes criminales.
Inspirada en la historia real de Donancio Hernández Pérez –el Chano– Despertar el polvo cuestiona el verdadero origen de la violencia y nos muestra el lado que no queremos ver: todos somos parte de ella.