El árbol magnético

En el primer largometraje de Isabel Ayguavives, un chileno residente en España (Andrés Gertrudix) vuelve a su país para reencontrarse con su familia y despedir la casa donde todos juntos pasaron tantos veranos. 'El árbol magnético' podría ser una especie de versión de 'Las horas perdidas' de Olivier Assayas empapada con la morosidad típica del cine de Lucrecia Martel. La película quiere reflejar la doble vertiente de estos encuentros: la alegría de compartir recuerdos y la nostalgia por los tiempos que ya no volverán. La mitificación del pasado lo encarna el árbol del título, al cual se atribuyen las propiedades fabulosas de un imán. Ayguavives trabaja con un tempo voluntariamente reposado, donde pesan las miradas y la sensualidad de la naturaleza. Pero la película no consigue, a pesar de todo, hacer tangibles los sentimientos latentes de los personajes: los deseos frustrados, los recuerdos perdidos y el dolor hacia un futuro que nunca será tan feliz.