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Jean Renoir (1946) y Luis Buñuel (1964) han sido algunos de los cineastas que han adaptado al celuloide la novela Diario de una camarera, que el francés Octave Mirbeau publicó en 1900. Más apegado a la versión original, este año toca al director Benoît Jacquot presentarnos la historia de Célestine.
La trama muestra a una joven camarera que es contratada por una pareja de burgueses para servir en su mansión de la campiña francesa. Célestine es su nombre y lleva un diario en el que narra sus desventuras, desde el acoso que sufre de parte del libidinoso sr. Lanlaire, hasta las humillaciones a las que la somete la dueña de la casa.
La cinta muestra los entretelones de la sociedad francesa de finales del siglo XIX. Es un estudio de la burguesía y sus tribulaciones, así como las relaciones de poder entre los patrones y el personal de servicio que los atiende. Respeta mucho la versión original; sin embargo, el trabajo de Jacquot no logra emocionar tanto como las anteriores adapataciones de la novela. Quizá sólo se rescata a su elenco.
Léa Seydoux (La vida de Adèle, 2013), quien ha sido elegida para estelarizar la más reciente película de Bond junto a Daniel Craig, destaca por su naturalidad. Su interpretación cargada de sensualidad hace justicia a uno de los personajes más célebres de la literatura francesa.