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'Martyrs' (2008), la anterior película de Pascal Laugier, nació con voluntad de provocar, y con los años se ha convertido casi una especie de 'exploit' respetable, el nuevo Georges Franju del terror francés. 'El hombre de las sombras' (2012), su trabajo siguiente, lo traslada a EEUU, con producción de la protagonista Jessica Biel para su lucimiento personal, y no sólo propone una variante perversa del mito del hombre del saco, sino que lo hace con una inventiva visual y estructural que puede desorientar incluso a los fans más intrépidos del género. Laugier se somete a las convenciones, a veces los giros del guión son demasiado artificiosos y nunca acaba de encontrar el tono adecuado. A cambio, proporciona un relato sombrío, que a ratos funciona como metáfora de la paranoia americana y otros como cuento de hadas a la inversa. En cualquier caso, por muy desigual que sea, no deja nunca de inquietar.