El impostor

"Es una historia fascinante". Esta frase se suele escuchar cuando alguien habla de documental. Sí, la historia del profesional del engaño Frédéric Bourdin que retrata 'El impostor' es apasionante, pero el resultado de la película es otra cosa. El director, Bart Layton, combina entrevistas con una recreación del crimen de Bourdin. La estética recuerda la de tantas series de televisión británicas del momento, con una fotografía y unos espacios artificiosos y una narración precipitada. La película sólo consigue reposar en un momento, cuando llegamos a San Antonio, Texas, un lugar que no tiene nada que ver con lo que el protagonista imaginaba. El relato de 'El impostor' queda explicado desde el principio, a partir de ahí, el documental debe explorar otros caminos, profundizar. En este sentido, queda lejos de otro documental sobre un maestro de las apariencias: el catalán 'Ich bin Enric Marco', un filme que se tomaba el tiempo suficiente para indagar sobre los límites del engaño.