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Aquí no hay naves espaciales, viajes en el tiempo ni combates apocalípticos con alienígenas, no por eso esta ciencia ficción deja de ser llamativa. Su proyección en más de 30 festivales de cine alrededor del mundo ha tenido una cosecha sustanciosa de críticas favorables. El incidente es el nombre de esta película y es mexicana.
El debut como director de Isaac Ezban es, más bien, una ciencia ficción psicológica, cuyas referencias a literatos del género –como Philip K. Dick– funcionan como cimientos para crear un largometraje lleno de tensiones, ante la necesidad de hallar una salida, y de reflexión, por el inevitable paso del tiempo.
Se ve a lo largo de este filme dos historias paralelas: la primera va de unos hermanos y un detective que suben y bajan las escaleras de emergencia de un edificio; la segunda cuenta el caso de una familia que viaja por carretera para llegar a su destino vacacional. En ambos casos un “incidente” desata la catástrofe de una especie de loop espacial, lo que les hace llegar siempre al mismo punto.
Con este guión, las locaciones y el score que acompaña el caos, es inevitable que el filme tenga efectos incluso días después de verse, algo así como lo que ocurre tras ver un capítulo de La dimensión desconocida. Advertidos están, el miedo a ser parte de un incidente y envejecer sin poder llegar a tu destino podría ser una secuela después de mirar la película.