[title]
La interrogante es obvia: ¿Por qué? Luego de dos décadas, cuatro documentales y una campaña viral auspiciada por celebridades, ¿existe algo más que decir sobre “el trío de West Memphis”, los adolescentes que fueron a corte tras el asesinato de tres niños de ocho años y que fueron condenados gracias a la corrupción del sistema?
Este drama del director canadiense Atom Egoyan, tarda mucho en presentar información nueva. Colin Firth se esfuerza demasiado en parecer serio en su papel de Ron Lex, un investigador privado que ayuda a le defensa. Mientras tanto, Reese Witherspoon, al ser la madre de una de las víctimas, pasa toda la cinta llorando.
Es demasiada historia para un solo filme, el resultado muestra a tres adolescentes –que habrían sido mejores protagonistas– siendo apartados de la sociedad. En realidad esta cinta es una oportunidad fallida.