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A inicios del nuevo siglo, en el 2001, el director Armando Casas se aventuró a dirigir su primera cinta, Un mundo raro. La sátira que envuelve a esta película atacó a la política mexicana, el crimen organizado y al entretenimiento principal –de aquel entonces- de nuestro país, las telenovelas.
En su segundo filme, Familia Gang, el director tiene un argumento similar; sin embargo, es más explícita y burlona. En esta película, Casas habla de las extrañas -y curiosas- circunstancias que se cruzan entre miembros del gobierno, del crimen organizado, matones de tres pesos y personas comunes. Cada una de ellos tiene diferentes caminos, no obstante, la fortuna o infortunio, los conduce al mismo fin.
El guión maneja muchos tópicos de la actualidad y cultura mexicana, aunque no importa que tan impregnado tenga estos elementos de identidad, los enredos entre personajes y sus diversos sucesos se entretejen para dar un solo y único fin. En eso radica la complejidad del guión y que pueda compararse el trabajo de casas con las primeras cintas de Guy Richie (Snatch: cerdos y diamantes, 2000).
Pese a que se nota la austeridad del presupuesto para la creación de Familia Gang, la película cuenta con otros puntos fuertes como la actuación, de la que son responsables Rafael Inclán, Elpidia Carrillo, Giovanna Zacarías, Humberto Busto y Jorge Adrián Espíndola, y la propuesta de ver algo diferente y de calidad hecho en nuestro país.