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Si hiciera una crítica cinematográfica sobre esta cinta, le iría muy mal, pero hay que tomar las cosas por lo que son: este es un documental que nunca fue pensado para Cannes. Esta cinta está hecha para niñas, fans de Katy Perry y gays poperos. Básicamente, es una mezcla entre un E! True Hollywood Story y un concierto de Katy Perry de cerquitita, que va desde la historia de la artista –incluyendo papás über religiosos que no la dejaban ver ni los Pitufos, época de cantante cristiana y la rebeldía en Los Ángeles– hasta fans hablando a la cámara de cómo las letras de Katy Perry son su razón de existir (¿Neta chavos? ¿Hot n’ Cold? ¿California Girls? ¿Neta?). Puede sonar como algo que podría durar diez minutos y ya sería muy largo, pero la cosa se pone buena cuando a ella le empieza a ir mal con Russell Brand. Nos encanta el drama. Al final, si no te gusta el pop y odias a Katy Perry ¿por qué estás leyendo esto?, pero si te gusta un poquito y no eres un clavado del cine, vas a salir de ver esta película AMANDO a Perry y cantando sus canciones durante las siguientes tres semanas. Y si eres fan, claramente fuiste al estreno disfrazado, y esta es tu nueva película favorita.