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En Israel se está produciendo un cine que no habla de la política ni del enfrentamiento con Palestina, sino de la vida cotidiana. Podríamos decir que son películas neorrealistas sin carga social, artefactos descriptivos de una situación más sencilla y parecida a nosotros de lo que podemos imaginar. Si 'Gett' trataba del divorcio, esta fiesta de despedida que un grupo de ancianos organiza para decir adiós a uno de los amigos nos acerca al tema de la eutanasia. Todo pasa en Jerusalén, en una residencia para viejos llena de comodidades, donde el abuelo Daniel inventa una máquina que ayudará a morir en paz un amigo suyo, enfermo terminal. La cosa se complica cuando los otros viejos se enteran y también reclaman una muerte asistida. Aquí tenemos una comedia negra llena de un humor inteligente con momentos inolvidables. Y parte de su fuerza se encuentra en el excelente conjunto de actores veteranos que dan vida a este peculiar quinteto de la muerte.