La gran seducción

Muy mal debe de estar el cine canadiense cuando tiene que recurrir a hacer un 'remake' de otro film canadiense de hace tan sólo diez años. ¿Qué falta hacía volver a rodar esta historia, si el anterior estaba todavía en circulación? La única explicación posible es que, como la película original era del Canadá francés y estaba hablada en este idioma, los otros canadienses debían querer tener una versión en inglés. Una inmensa tontería, pienso yo. Aquellos que no recuerden la primera versión, seguramente se podrán divertir con esta seducción tan peculiar: la que todo un pueblo intenta hacer sobre un médico para que se quede a vivir con ellos, requisito indispensable para lograr tener una fábrica que dé trabajo a sus habitantes. Visto fríamente, el filme es un canto a la hipocresía interesada. Pero la verdad es que los actores, especialmente Brendan Gleeson, son tan buenos, que perdonas incluso el engaño de ver una película igual a otra que has visto hace no mucho.