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Las altas presiones

  • Cine
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Las altas presiones
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Time Out dice

4 de 5 estrellas

He aquí una película humilde, modesta, que habla de cosas cercanas y a la vez de cuestiones que nos afectan a todos. Quiero decir que la peripecia de Miguel, que vuelve a su Pontevedra natal para filmar unas localizaciones, no podría ser más íntima: deambula un poco perdido entre los recuerdos, paisajes y personajes de su juventud. Y, en cambio, todo va tomando una resonancia inquietante: no sé si de una generación, pero lo cierto es que Ángel Santos habla también de los años perdidos, de la imposibilidad de instalar en una existencia que siempre parece ajena. ¿Y no podemos ver aquí igualmente, a la manera de una metáfora muy sutil, un cierto comentario sobre la España de la crisis y sus habitantes?

Todo esto y mucho más contiene el film de Santos, su segundo largo tras la impecable 'Dos fragmentos / Eva'. Y todo en un estilo melancólico, sin levantar nunca la voz, que interroga cuerpos y paisajes con una serenidad esquiva, que en el fondo no deja de llevar en su interior una cierta rabia. En efecto, 'Las altas presiones' podría ser una de esas películas lloronas que hablan de la nostalgia y de las que alguien como Garci se hizo paladín hace unas décadas. Pero no.

No hay condescendencia, ni falsa conmiseración. Santos observa a los personajes con una curiosidad no exenta de afecto, pero tampoco de crítica. Y así se instaló en una delicada historia de amor y en unas vidas mucho menos seguras y controladas de lo que parece, como le ocurre al film. Esta es también una historia sobre el cine, sobre lo que es capaz de ver y sobre las falsas ilusiones que crean sus posibilidades. Y sobre cómo filmar ahora mismo, en estos tiempos miserables.

Escrito por Carlos Losilla
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