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A finales de los años 60 comenzaron a realizarse 'performances'. Marina Abramovic fue una de las artistas más provocadoras de este arte alternativo. Han pasado casi 50 años y lo que era una muestra de protesta se ha convertido en el arte más conservador e integrado. Marina Abramovic ya no es una marginal. Lo prueba muy bien la casa donde vive y la gran retrospectiva que le dedicó el MOMA de Nueva York en 2010. Es esta retrospectiva la que retrata el documental que sigue a la artista desde el día en que empieza a montarla hasta la última jornada de la exposición. Pero a pesar de ser ella el centro absoluto del filme, el personaje más interesante del documental es Ulayar, su excompañero. El encuentro entre ambos, y especialmente el momento en que Ulayar le coge las manos obligándola a romper el inmovilismo de su ultima "acción" (sentarse siete horas seguidas delante de una silla ocupada por diferentes personas), es el más emocionante de una película que deja una pregunta en el aire. Y todo esto por qué?