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Peter Berg y Mark Wahlberg ya habían trabajado juntos en 'El único superviviente' y 'Marea negra', dos cuestionables celebraciones del heroísmo que después de ver 'Milla 22' nos parecen algo menos terribles. No hay nada defendible, en este fiasco. Ni siquiera el carisma de Iko Uwais, maestro marcial de Indonesia, que había brillado en las dos entregas de 'The raid', y que aquí interpreta a un militar en un estado asiático imaginario que tiene la clave para evitar un ataque nuclear que amenaza con ser "tan duro como una suma de Hiroshima y Nagasaki". Decide oponerse al régimen, pero dice que no compartirá la información que tiene hasta que no le concedan asilo político. A partir de ahí, un escuadrón paramilitar liderado por Wahlberg es destinado a llevar al confidente hasta un lugar seguro. Después de un primer acto eterno donde básicamente vemos a un montón de personajes haciéndose grandes promesas, lo que veremos es cómo unos y otros lidian con una serie de ataques para sacar a Iko del país. Por cierto, el supervisor de la operación es John Malkovich, que en el único momento glorioso del film le dice a Wahlberg: "Deja de monologar, maldito bipolar".