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Hasta hace poco, Netflix pudo esperar que este thriller de acción (simple, pero profesional) atrajera a los espectadores recién salidos de una nueva película de Bond que buscaran tumbarse en sus sofás y volver a ver acrobacias y asesinos sombríos. Misión de rescate trata ser como una nueva película de Bond, o al menos, lo más cerca que podamos esperar. Lo que, a pesar de todas sus secuencias de acción muscular y pirotecnia extravagante, no logra.
Chris Hemsworth cuenta con una buena interpretación, al hacer una "audición" para ser el 007, aceptable; es un mercenario australiano cansado del mundo con el nombre de Tyler Rake. Después de un breve destello, nos encontramos con él tomando una cerveza, lanzándose a 30 metros de un acantilado y meditando en el fondo del lago de abajo, ¡Justo como todos lo hacemos! Rake tiene una historia trágica y —se transpira rápidamente— un poco de deseo de muerte. Esencialmente, es Martin Riggs (Mel Gibson) en Arma Mortal, solo que sin los ojos locos y el shampoo voluminizador.
Como el título lo indica, Rake está en una misión de rescate: el hijo de un criminal, Ovi (Rudhraksh Jaiswal), ha sido secuestrado por el criminal de Bangladesh, Amir Asif (Priyanshu Painyuli) y fue escondido en algún lugar dentro de los polvorientos límites de la ciudad de Dhaka; tiene que encontrarlo y rescatarlo. De repente, nos encontramos con Amir tomando una botella de jugo y haciendo que el niño sea arrojado de un edificio. Además, hay un mercenario rival listo para hacer las cosas personales.
Afortunadamente, Rake resulta ser bastante indestructible mientras arrasa una ciudad, luchando contra docenas de matones, soldados, gángsters y, en un momento, lo que parece ser todo el elenco de Guerreros. Hemsworth maneja la acción de manera tan impresionante como cabría esperar de un veterano de Marvel.
El coordinador de acrobacias convertido en director, Sam Hargrave, preside una serie creativa de actividades administradas por Rake, incluida una (divertida) que involucra un rastrillo real. Como era de esperar con ese CV, Hargrave está aquí para ofrecer una acción increíble, y en una emocionante secuencia de 10 minutos, hace exactamente eso: comienza con una persecución de automóviles, termina con una persecución de camiones y tiene una persecución de pies en el medio. Es sin duda el punto culminante de la película.