Nación salvaje

Dentro de unos años, es posible que las generaciones más jóvenes nos pregunten qué demonios quería contar la acumulación de estímulos que articula 'Nación salvaje'. Sin embargo, hoy cazamos al vuelo el significado de una propuesta empapada de 'zeitgeist' milenial: cuatro chicas adolescentes hacen su vida con relativa tranquilidad, practicando sexting y cometiendo pequeñas rebeliones contra el patriarcado. Pero una filtración masiva de datos y fotografías íntimas de los habitantes del pueblo pone a las jóvenes en el punto de mira de una turba empeñada en buscar unas cabezas de turco para verter toda la rabia de haberse visto expuestos con los pantalones bajados. Así, conceptos de peso como pueden ser la desaparición de la intimidad, la cosificación de los cuerpos femeninos (cis o trans) o la agresividad latente en una nación que grita "¡somos buena gente!" mientras levanta el rifle, se convierten en muñecos de una 'cremà' que escala la violencia hasta alcanzar la catarsis, con una gratuidad y alegría convertida en manifiesto al tiempo diagnóstico de la contemporaneidad gracias a la frase que clausura el film.