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Imaginad el 'Amor' de Haneke sin ninguna excusa dramática, sin argumento definido. La muerte, como el cartero, siempre llama dos veces: los abuelos del director barcelonés Hermes Paralluelo están esperando el sonido seco, cortante, de la segunda, casi inválidos, por una parte, conscientes de su soledad y dependencia, de la otra, anclados en un pasado que no paran de recordar. Su nieto los filma en plano fijo, en dos espacios desnudos –un hospital, su casa–, buscando perturbadoras simetrías, haciéndonos sufrir cuando los aísla en dormitorios separados, con una austeridad neutra, elocuente, que deja hablar el miedo sin subrayarlo. No sabemos hasta qué punto es documental y hasta qué punto es ficción, ni nos hace falta alguna. Árida y angustiosa, esta pequeña joya contiene una de las escenas más conmovedoras de evocación de la juventud que este crítico es capaz de recordar. No se la pierdan.