Nos vemos, papá le da un respiro a lo que nos han acostumbrado las producciones mexicanas más sobresalientes.
Todo gira alrededor de la muerte de Juan Guillén (Marcelo D'Andrea), padre de Pilar (Cecilia Suárez). Al perder a su papá, el tiempo se detiene para ella, el presente se mezcla con el pasado y la sumerge en su propio mundo. Tiene que vivir en un drama centrado en el dilema de estar vivo sin la presencia de la persona que le da sentido a su propia existencia.
La forma de contar esta historia podría parecer lenta, pero el ritmo se adecua a las situaciones expuestas. Más allá del asunto de la muerte del padre de Pilar, resulta interesante la manera en que reacciona para afrontar su pérdida, así como las represiones y perversiones de una mente a la que el sufrimiento ha enfermado.
Abundan los tonos grises y cafés sin volverse monótona, pues hay momentos con mucho color.