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Segunda parte de 'Oriente es Oriente', en esta película no encontrará demasiados discursos sobre choques de civilizaciones o enfrentamientos culturales, sino una comedia dramática sobre un paquistaní que vive en Londres con su mujer y sus dos hijos... pero que tiene otra familia esperando a la tierra natal. La distinción es importante, porque quiere decir que 'Occidente es Occidente' no es una película realista. Por el contrario, importa en ella la visión de la Inglaterra de los 70, y una visión esquemática de Pakistán, como territorios donde se mueven personajes que sólo pretenden hacer reír y emocionar. Si se toma desde esta perspectiva, el filme funciona. Muestra una extraña solidaridad con sus criaturas y contiene momentos incluso inspirados. Si se ve como un estudio etnológico o sociológico, el fracaso es estrepitoso. Afortunadamente, la tradición de la comedia británica hace su trabajo y se impone a todo lo demás.