Odio el amor

Eve es una chica californiana con 2 intentos de suicidio que llega a la Ciudad de México para asistir a la boda de su padre. Robo –quien perdió el sentido del oído después de intentar rescatar a unas niñas que se ahogaban en el mar– se enamora de ella prácticamente en cuanto la ve en casa de su mejor amigo, Cobra, quien pese a que será el futuro hermanastro de Eve, cree que es la mujer de su vida. Robo está seguro de que a lado de Eve “escucha”, que seguramente su amor lo sanará –tal vez sin entender que sólo escucha su corazón–, por lo que no le importa “traicionar” a su amigo en nombre del amor, aunque sea ese amor adolescente de la primera vez, cuando se cree que todo es para siempre, pese a que ella no habla español y él no habla ni puede leer los labios en inglés.

Lo que parece una película romántica y boba, es en realidad una visión muy interesante de esas primeras veces y de cómo una historia puede tener un giro inteligente que dé al espectador más de lo que esperaba.

Con esta película, Humberto Hinojosa indaga sobre la soledad, el amor y la amistad, tratando de demostrar que son tan fuertes –o al menos, así lo sienten sus protagonistas– que si bien no son capaces de curar, quizá sí de salvarlos de sí mismos, del destino, del futuro, aunque en realidad, para lo que no existe cura es para el amor mismo.