Operación Overlord

La Operación Neptuno está en pleno flujo cuando las tropas aliadas asaltan las playas de Normandía. Por arriba, los Estados Unidos brindan apoyo aéreo, mientras un equipo, dirigido por un comandante canoso (Wyatt Russell), tiene la tarea de destruir un transmisor de radio ubicado en una iglesia fortificada detrás de las líneas enemigas. Cuando su avión es derribado, las tropas heridas se apresuran a la iglesia solo para descubrir que, bajo sus cimientos, el Reich tiene un ejército impío de mutantes.

Si lo piensas, Operación Overlord suena como una película serie B de última generación, pero en realidad tiene mucho más a su favor, especialmente al talentoso elenco, incluido el actor británico Jovan Adepo como un líder cautivador. Hay que admitir que los personajes son clichés: el inquietante comandante de pocas palabras, el crack de los sabios y el novato con corazón de oro. Pero estos simples arquetipos son perdonables, especialmente en el caso del glorioso antagonista, muy por encima de sus botas, interpretado por el actor Pilou Asbæk de Game of Thrones. Mientras tanto, Mathilde Ollivier impresiona como una aldeana difícil, que sería una digna luchadora de la resistencia francesa.

La historia también es mucho más artística de lo que sugiere la premisa, jugando con el concepto de monstruosidad y preguntando qué separa lo bueno de lo malo en tiempos de guerra. ¿Y hasta dónde están dispuestos a ir cada lado? O mejor dicho, ¿quiénes son los verdaderos monstruos aquí?

Prepárate para sangre, tripas y más sangre. La violencia, tanto en las escenas de apertura de alto octanaje, como en el horror del cuerpo más monstruoso, provoca retorcimientos, todo ello reforzado por la música de Jed Kurzel. No te dejes engañar por sus credenciales de una película serie B. En medio de la carnicería, Operación Overlord tiene más que decir de lo que piensas.