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¿Alguna vez has imaginado lo que se siente caminar por una calle rodeada de francotiradores? La tensión es casi insoportable. Tus extremidades quedan paralizadas.
Este osado documental nos sumerge en el campo de batalla. Talal Derki, el director, empezó a filmar las propuestas pacíficas de Homs, la ciudad más grande de Siria, en agosto de 2011.
En aquellas imágenes tempranas aparece jóvenes marchando por las calles. Todos entonan canciones llenas de esperanza (ni en sus peores pesadillas habrían imaginado que el conflicto terminaría con la vida de 150 mil personas y la toma de su ciudad).
Su cabecilla es Abdul Baset Al-Sarout, el portero de 19 años de la selección nacional de futbol. Este chico es una especie de James Dean y John F. Kennedy fusionados. Es como una bola de fuego carismática, demasiado valiente para su seguridad.
Derki mantuvo rodando las cámaras durante tres años. Ese periodo sirvió para que Homs se convirtiera en la capital del levantamiento Sirio y Abdul Baset se transformara en un héroe.
El filme nos convierte en testigos del caos de la guerra. Sin embargo, no ofrece mucho contexto, lo que pude resultar confuso para quien desconozca el tema.
¿Por qué siguen luchando? Ahora sólo queda polvo y ruinas.