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Utilizando el simulacro de acceso total que permite el falso documental, 'Selfie' muestra la caída libre del hijo de un ministro acusado de corrupción, que acaba compartiendo piso con un inmigrante y un activista 'indignado'. La película pretende jugar con el absurdo de la presencia de las cámaras, pero termina traicionando el dispositivo de manera arbitraria, y anula la crudeza del formato dando a la imagen una iluminación blanda, más propia de la estética publicitaria. En cualquier caso, se le debe reconocer el acierto de poner nombre (y rostro) a los círculos políticos 'peperos' y 'podemitas donde transcurre la función, aunque contar con el visto bueno de los partidos pone en entredicho el poder cáustico de la obra, sobre todo en un país donde cualquier meme está amenazado por la ley mordaza.