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Jared Harris – quien interpretó al jefe de los dedos pegajosos Lane Pryce en Mad Men – es el elemento más fuerte en esta cinta de terror, de la cual los cineastas aseguran que está basada en eventos reales. Crean eso si quieren, pero Harris es grandioso como el profesor de Oxford que juega a ser dios, acosando a una chica adolescente con problemas psiquiátricos (Olivia Cooke). Su plan es comprobar una teoría "tan loca que podría ser genial" que plantea que los fantasmas son productos de mentes perturbadas. Si él tiene razón, podría significar una cura para las enfermedades mentales (o algo así; el fondo es ñoño y difícil de seguir). El problema es que la chica se vuelve muy Exorcista contra él. Sam Claflin (uno de los intereses amorosos de Jennifer Lawrence en The Hunger Games) es contratado para filmar el experimento.
La cinta tiene un par de saltos decentes y unas cuantas bromas, pero nada que sea realmente espantoso sobre Silencio del más allá. Ese último esfuerzo de una resucitada Hammer Films simplemente no tiene la dosis necesaria de horror para asustarnos.