Time Out en tu buzón de entrada

Sombra blanca

  • Cine
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
sombra blanca
Foto: Cortesía Mantarraya.
Publicidad

Time Out dice

4 de 5 estrellas

Alias, un chico albino de África central, agarra el lodo del piso y se lo unta desesperadamente en la cara para que la luz no se refleje sobre su piel blanca. Quiere camuflarse con la noche porque los brujos de su comunidad lo están cazando para desmembrarlo, pues ellos suponen que los albinos tienen cualidades mágicas.

La escena corresponde a Sombra blanca (2013), la nueva película de Noaz Deshe, cuya experiencia se inclina más por el cine documental (Search Agent Zerox, 2001). El cineasta vuelve a retomar una problemática real, pero la convierte en su primera cinta de ficción.

El relato inicia cuando Alias (Hamisi Bazili) se muda con su tío e intenta retomar su rutina después del asesinato de su padre. El chico trabaja recuperando piezas de aparatos eléctricos para comercializarlas. Es parte del “pan de cada día” el rechazo que recibe por parte de otros niños cuando quiere jugar con ellos, y las ya mencionadas persecuciones de los brujos.

Deshe logra hacer de esta cinta una denuncia y la llena de contrastes. Es cruda y bella, nos enseña el lado más caótico de la ciudad en la que vive Alias e intempestivamente nos traslada a los lugares más bellos y pacíficos para el protagonista, cuando él comienza a recordar.

El director se apoya también de los cambios en la iluminación de la fotografía –de la sombra a la luz– y la mezcla de sonido –que va de la saturación de la ciudad a los sutiles murmullos del campo– para que el público se identifique más con las emociones de Alias.

Sombra blanca (2013), exhibida durante la 58 Muestra Internacional de Cine, es un relato no lineal que cuida su discurso para no impedir al espectador seguir la pista del personaje central e incluso sentirse conmovido e indignado por las atrocidades que se sugieren en la pantalla. 

Escrito por Anaid Ramírez
Publicidad
También te gustará