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2016 ha comenzado rellenando la cartelera de títulos donde la palabra tiene un peso capital: 'La academia de las musas', 'Los odiosos ocho'... y ahora, 'The end of the tour'. De hecho, la de James Ponsoldt podría ser la película más claramente 'hablada' que ha dado el cine estadounidense en los últimos años: no en vano, tiene su base en la transcripción integral de las conversaciones que David Lipsky mantuvo con David Foster Wallace cuando éste acababa de publicar 'La broma infinita'.
Buena parte del interés del filme recae en el hecho de escuchar la brutal lucidez del escritor, pero su corazón se encuentra en las sensibles interpretaciones de Jesse Eisenberg y, sobre todo, Jason Segel. Un recital de matices en torno a una intimidad que oscila, incómoda, entre el afecto y el interés profesional.