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Los primeros minutos de 'Todo el santo día' evidencian que el director Paolo Virzi trabaja la comedia romántica con la esperanza de ofrecer una historia que vaya un poco más allá de los clichés del género. Así, el film se olvida del tradicional chico-conoce-chica y nos presenta a una pareja que lleva años junta y que empieza a preocuparse por su incapacidad de concebir un hijo. La paternidad parece convertirse para ellos en la única manera de dar un sentido y una finalidad a una relación que les ha hecho abandonar sus aspiraciones de consolidar una carrera académica y artística. Aunque Luca Marinelli y la cantante pop Federica Victoria Caiozzi dan verosimilitud y carnalidad al amor entre dos personajes casi antagónicos, los esfuerzos de la película para encontrar un registro espontáneo y naturalista son saboteados por un guión que no permite que fluya el relato, sino que transparenta sus mecanismos y puntos de giro.