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Todos queremos a alguien

  • Cine
José María Yazpik y Karla Souza en Todos queremos a alguien
Foto: Cortesía Videocine
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Time Out dice

Tras dirigir Las horas contigo (2014) y Echo Park (2014), la directora mexicana Catalina Aguilar Mastretta regresa a la pantalla grande para presentarnos Todos queremos a alguien, una película que retrata el primer amor de nuestra vida y la libertad e intensidad con la que las nuevas generaciones llevan a cabo sus relaciones amorosas.

La historia gira en torno a Clara Barrón (Karla Souza), una ginecóloga mexicana que vive y trabaja en Los Ángeles, lugar donde conoce a Asher (Bren O´Toole), un compañero médico a quien pide finja ser su novio en la sorpresiva boda de sus padres que se llevara a cabo en México. En ese momento se reencuentra con Daniel (José María Yazpik), su exnovio de la juventud y a quien no ve desde hace 10 años. De esta forma Clara entra en conflicto y tendrá que elegir entre Daniel o Asher para seguir adelante.

Aguilar Mastretta intenta crear una metáfora de la migración al desarrollar la película desde la frontera de ambos países (México y Estados Unidos) para resaltar la distancia que existe entre los padres y las hijas –analogía sobre la sensación de pertenecer y regresar al hogar natal–. Sin embargo se queda a medias en ese objetivo y el romance tampoco llega a cuajar.

Todos queremos a alguien intenta de los clásicos estereotipos amorosos mostrados en pantalla con su premisa: más allá de una clásica historia romántica, es un reflejo de la complejidad que existe en la vida real al momento de elegir entre el amor y crecer por separado. Sin embargo, los diálogos y situaciones que ocurren en escena caen constantemente en lugares comunes. 

A pesar de que es una cinta que deja mucho a la imaginación y al criterio del espectador, el final es demasiado ambiguo e incompleto. Se rescata la intención de la directora por dejarnos un sentimiento de bienestar y reflexión ya que, en general, no se trata solamente de un triángulo amoroso sino de todo un círculo familiar de cariño.

Escrito por
Rodrigo Pacheco
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