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El vigoroso arranque de 'Una decisión peligrosa' nos hace pensar que nos encontraremos ante un nuevo ejemplo de cine negro británico, más cerca de la tradición clásica que del posmoderno Guy Ritchie, protagonizado en este caso por una pareja de intérpretes norteamericanos, James Franco y Kate Hudson, en el papel de un matrimonio que termina en posesión de un montón de dinero perteneciente a la mafia y decide quedárselo para tapar los típicos agujeritos. El danés Henrik Ruben Genz sin embargo acaba trasladando el film al territorio de aquellos 'thrillers' de los años 90 donde una familia veía peligrar su estabilidad por un agente externo y llevaba a cabo medidas extremas para protegerse. Pese a demostrar que tiene cierto estilo visual, Gentz no profundiza en la vertiente oscura del género (esta buena gente dispuesta a hacer el mal para que su estilo de vida se ajuste a lo que se considera hegemónico), y opta por la visión más simple y convencional de la historia.