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Val adora a Fabinho, a quien cuida como si fuera su hijo. Pero Fabinho no es hijo de Val. La hija de Val es Jessica, pero hace años que no se ven, porque Val es asistenta y vive en la casa de una familia rica, donde trabaja desde hace tiempo y donde ha visto crecer al pequeño Fabinho. La madre de la familia la aprecia, seguramente porque Val siempre ha aceptado cual era su papel en el hogar. Respetuosa con las jerarquías y disciplinada, Val ve cómo las relaciones que ha establecido a lo largo de los años con sus patrones se ven completamente trastornadas cuando su hija biológica, Jessica, se instala a vivir con ellos.
Educada en otro contexto social y político, la joven Jessica no quiere saber nada de la sumisión de su madre. Ella prefiere comer con el padre de familia, jugar en la piscina con Fabinho y dormir en la habitación de invitados en vez de en el cuarto para la sirvienta. También quiere aprobar la selectividad y estudiar arquitectura, porque cree que la sociedad puede cambiar y, seguramente, ser más justa.
'Una segunda madre' se construye sobre una estructura muy simple. El grueso de la película tiene lugar en el hogar familiar y el drama se basa en una comparación odiosa: entre Jessica, que es una estudiante brillante pero que sufre la clase social de su madre, y Fabinho, un buen chaval que fuma marihuana en vez de repasar el temario para la selectividad.
Con un argumento muy claro y con un tono a medio camino entre la comedia y la crítica social, 'Una segunda madre' funciona tanto por su parábola –sobre las clases sociales, sobre las diferencias generacionales, sobre qué significa ser madre– como por su sencillez.