Silencio entre volcanes. Da para título de novela. De hecho, igual te inspira para escribirla el maravilloso hotel César Lanzarote porque es lo primero que uno piensa al llegar y mirar alrededor. Este pequeño hotel, cuidado al detalle, en apenas dos años se ha convertido en una referencia en la isla. Al menos para quienes buscan algo exclusivo y alejado de los lugares y tópicos más turísticos. Tiene historia, gastronomía, tranquilidad, paisaje… Todo lo que se le puede pedir a un hotel, eso sí, sólo para adultos. No apto para todos los presupuestos, pero quien pueda darse el capricho no se arrepentirá.
¿Por qué alojarse en el hotel César Lanzarote?
Algunos llegan hasta aquí atraídos por su restaurante. Otros por el nombre, que en Lanzarote es toda una declaración de intenciones y una clara referencia al artista más querido de la isla. O tal vez por el paisaje que le rodea, o la cuidada decoración de cada rincón o del jardín, donde se aprecia una sensibilidad estética que conecta con el entorno volcánico y la arquitectura tradicional. César Lanzarote se ubica en la que fue la casa del padre de César Manrique y luego convertida en escuela de la zona, lo que añade un valor histórico y emocional al lugar. Un pequeño hotel que desborda encanto en sus habitaciones, en la piscina y jardines, y en cada rincón, combinando sencillez y calidez con un gusto por los detalles. Quienes busquen una alternativa a los resorts turísticos, han llegado al lugar adecuado, especialmente si valoran el silencio, la autenticidad –la búsqueda del auténtico espíritu de la isla–.
¿Cómo son las habitaciones?
El hotel César Lanzarote cuenta con sólo 20 habitaciones repartidas por la casa, algunas con terraza directa al jardín y todas, da igual la orientación, con vistas magníficas hacia los volcanes o hacia la costa. La decoración está repleta de bonitos detalles que, desde las toallas a la bañera –preciosa– o las plantas, se integran con el ambiente general del hotel. Aunque resultan muy acogedoras y luminosas, lo cierto es que apetece disfrutar de los jardines y zonas comunes y buscar allí cualquier rincón en el que sentarse a leer o, simplemente, contemplar el paisaje. Algo que se ha tenido en cuenta, diseñando diversos espacios en esta zona que cuidan la privacidad de los huéspedes. El atardecer, por cierto, luce increíble desde la terraza del bar.
¿Cómo es la comida?
Aunque el restaurante con el mismo nombre que el hotel pilla un poco a desmano, merece la pena llegar hasta César Lanzarote para probarlo. Propone una carta breve que va directa a lo que buscamos: buen producto de la isla y una envidiable carta de vinos canarios que, además, la mayoría se sirven a copas. Es algo muy poco habitual por aquí, desgraciadamente. El carabinero de La Santa con patatas y huevos, es una de las estrellas, aunque no hay que perderse los chips de morena. El desayuno, a la carta, una interesante propuesta de cócteles con guiños locales y bocados más ligeros para la piscina completan una excelente propuesta que, de nuevo, suma las vistas y el acogedor espacio entre sus encantos.
¿Cómo es el servicio?
La sensación de estar prácticamente solos es un clásico de los hoteles más exclusivos. Aquí, con sólo 20 habitaciones, esa idea se convierte en un aliciente para quienes busquen tranquilidad y también privacidad en la isla. La atención se alinea con esta idea, siempre atentos a lo que haga falta (agua en la piscina, otro café en el desayuno…) pero aparentemente invisibles si se prefiere estar solos. Destacable el nivel de atención del equipo del restaurante y su pasión por el producto y vinos locales.
¿Qué piscinas e instalaciones tiene el hotel?
No exageramos si decimos que estamos ante una de las piscinas más bonitas de la isla y, seguramente, del país. Las hay, claro, más grandes, profundas o espectaculares, pero pocas podrán competir con las vistas y con el entorno en el que se encuentra la de César Lanzarote. Se agradece la climatización porque el viento puede soplar fuerte por aquí y sería una pena perderse un baño mientras se ve la puesta de sol o se divisa a lo lejos Fuerteventura. Precisamente para protegerse del viento, algunas tumbonas están colocadas en esas construcciones circulares típicas de La Geria, lo que resulta, además de práctico, muy bonito y aporta un plus de privacidad.
¿Cómo es el área alrededor?
Lo confesamos: hace falta cierta fuerza de voluntad para salir de un hotel como este y no pasar los días paseando entre sus jardines, descansando o disfrutando de la piscina, lugares que invitan a relajarse y desconectar del ritmo habitual. Pero la verdad es que merece la pena porque estamos muy cerca de La Geria, la bonita zona de viñedos de Lanzarote, donde se aprecia el paisaje volcánico y la singular forma de cultivar la vid. También de Timanfaya, de la ruta de los volcanes y otros parajes naturales de gran belleza. De hecho, no es mal lugar para recorrer toda la isla porque en apenas 30 minutos llegaremos a cualquier destino principal, desde playas hasta pueblos con encanto o espacios culturales. Todo ello desde un enclave, La Asomada, que nada tiene que ver con las zonas más turísticas de la isla, ofreciendo un remanso de paz y vistas panorámicas que pocos hoteles pueden igualar.
¿Por qué deberías reservar en César Lanzarote?
Unas vacaciones diferentes, ese capricho que todos merecemos o simplemente unos días de descanso y desconexión. Si a todo eso le sumamos un entorno precioso en una isla paradisíaca como Lanzarote, tenemos la receta perfecta para una escapada y el lugar idóneo para conseguirlo: César Lanzarote. Un hotel que replantea el lujo y la exclusividad en términos de tranquilidad, privacidad, buena gastronomía y conexión con la esencia de esa isla que siempre defendía César Manrique. Si el presupuesto lo permite, merece mucho la pena.
Detalles
Dirección: Camino del, Cam. Barranco Por la Vegueta, 24, La Asomada. Lanzarote
Precio por noche: desde 500 € la noche
Transporte más cercano: Aeropuerto de Lanzarote, a 15 minutos en coche