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Andrzej Wajda fue uno de los directores polacos más interesantes de los años 50 y 60, después convertido en uno de los tótems del cine europeo de prestigio. Pero la última película que hizo antes de morir el año pasado, 'Afterimage', no lo devuelve a sus mejores momentos: basada en los últimos años de vida del artista de vanguardia Wladyslaw Strzeminski y su enfrentamiento con las autoridades prosoviétiques polacas, en plena era estalinista, se trata de una feroz diatriba anticomunista en la línea de sus trabajos previos, que incluye un biopic de Lech Walesa. Académico, solemne, sin matices, cuesta imaginar un film que quiera hablar de la libertad del arte moderno y se muestre, finalmente, tan viejo, tan reaccionario en sus formas vacías.