El ritual

Luke —Rafe Spall— y su mejor amigo, Robert, entran a un minisúper. Mientras platican sobre hacer un viaje al Bosque de Escandinavia, una banda de delincuentes irrumpe para asaltar el lugar. Frente a los ojos de Luke, Robert es asesinado.

A manera de remembranza, Luke y otros tres amigos honran la memoria de su amigo, haciendo el viaje que Robert deseaba. De un momento a otro, una borrachera en un bosque frío y oscuro se convierte en un baño de sangre.

Entre más se adentran entre los árboles, más cosas raras suceden; desde un oso destripado colgando entre las ramas, hasta símbolos wicca grabados en los troncos de los árboles. El miedo te inunda cuando encuentran una cabaña maldita y todo el paisaje comienza a crujir sin motivo.

Si bien nos recuerda a El proyecto de la Bruja de Blair (1999), El ritual juega con elementos del clásico cine de terror —en el bosque— que ya conocemos: persecuciones, aparición de heridas sobre alguno de los protagonistas o altares para un ritual demoniaco en el que será sacrificado este grupo de amigos.

Después de conocer qué hacía crujir los árboles, la historia se vuelve predecible, aunque me animó ver cómo un grupo de hombres heteronormados se convirtieron en pequeños corderos a punto de ser sacrificados.