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'Érase una vez en ... Hollywood' es una divertidísima y absurda historia que combina hechos reales y ficción, insertando en el corazón de la realidad personajes inventados, episodios horribles y historias rocambolescas. También es una carta de amor a Los Ángeles y a la industria del cine. Esta película, que es la obra más madura de Tarantino, combina una narrativa llena de ironía con artesanía exquisita y con las actuaciones matadoras de Brad Pitt y Leonardo DiCaprio. Es una peli muy Tarantino, capaz de provocar emociones genuinas y de transformarlas en situaciones desproporcionadamente tontas en cuestión de un minuto.
Tarantino nos lleva al Hollywood de la época de los crímenes de Charles Manson -concretamente del asesinato de Sharon Tate en agosto de 1969- y reexplica la historia desde su punto de vista, primero durante unos días de febrero del 69 y luego , seis meses más tarde, durante las semanas de los asesinatos. Esto significa que pasaremos toda la película preguntándonos cómo el director se enfrentará a esta tragedia histórica. Para tener una respuesta tendréis que sudar. Sólo os diremos esto: de alguna manera, Tarantino consigue extraer buen gusto del mal gusto.
Los personajes de no ficción van haciendo apariciones: la condenada Sharon Tate (Margot Robbie), las celebrities de la era Nixon Steve McQueen (Damian Lewis) y Bruce Lee (Mike Moh), la familia Manson (en la que Lena Dunham tiene un papel). Pero el corazón de la película hay una amistad que es pura ficción: Leonardo DiCaprio es Rick Dalton, un cowboy televisivo, extraemocional y bebedor de los duros, que teme que su momento ha pasado; Brad Pitt es Cliff Booth, su doble, chofer y amigo. El personaje de Pitt es un buen hombre con un lado oscuro, que no teme pelear con el mismo Bruce Lee.
Los coprotagonistas están excelentes juntos, charlatanes y chispeantes. Se hace difícil no acordarse de John Travolta y Samuel L. Jackson en 'Pulp fiction'. Los asesinatos de Manson a menudo se explican como el final de una época y el comienzo de otra, y estos dos supervivientes old-school à la Sergio Leone (el título no es accidental) han sido diseñados para conducirnos a través de un umbral hacia otra época, aunque no sean muy conscientes de ello. Tarantino tiene el futuro susurrándole al oído.
'Érase una vez en ... Hollywood' está llena de referencias a las películas anteriores del director: la ultraviolencia contrafactual de 'Malditos bastardos'; el amor por el western visto en 'Django desencadenado' y 'Los odiosos ocho'; incluso el homenaje a los especialistas acrobáticos (y a las mujeres que luchan por entrar en el negocio) de 'Death proof', incluido en 'Grindhouse'. Partes enteras de la película encajan en un pastiche de TV movie y Tarantino proporciona detalles del período, desde los anuncios de la radio hasta la perfecta señalización de Sunset Strip. Hay infinitos pequeños momentos memorables, entre ellos uno muy emotivo cuando Sharon Tate va al cine para verse en pantalla con Dean Martin en 'The Wrecking Crew' ... Tarantino incluso utiliza la voz en off en una parte y luego la 'abandona porque, veamos ... porque eso es lo que hace Tarantino.
Éste es el aire que transmite la película: alegría por todas partes, pero bien articulada y llena de sentido. En un estilo que es totalmente propio, Tarantino evoca una época de cambios sísmicos, dejándonos remover entre los desechos del naufragio cultural, tan peligroso como parece ser.