Guardián y verdugo
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Guardián y verdugo

En 1987, 164 personas fueron ejecutadas en el corredor de la muerte de Pretoria, Sudáfrica.

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Time Out dice

Sudáfrica, años 80. Un abogado y un guardia de prisiones a quien debe defender de un caso de violencia carcelaria. Toma de conciencia de la perversión del sistema, escenas judiciales, discursos sobre grandes temas, catarsis emocionales ... Este segundo largo de Oliver Schmitz no obvia ninguno de los tópicos del género, por mucho que quiera inclinar la balanza más hacia el lado humano. Y tampoco aporta nada nuevo, excepto un inicio más o menos intrigante que poco a poco se diluye en una puesta en escena académica. Cine de 'mensaje', que utiliza formas mecánicas y esclerotizadas para recrear situaciones mil veces vistas, 'Guardián y verdugo' propone una cuestión esencial: ¿cómo se puede contar una historia aparentemente progresista de una manera tan vieja y reaccionaria?

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