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Se podría leer como un contraplano hierático del cine de catástrofes acuáticas, de títulos como 'La aventura del Poseidón' y 'Titanic', pero, sobre todo, esta es una historia sobre la certeza de la muerte. El danés Thomas Vinterberg prefigura el desenlace que tendrá la película desde la primera imagen, en la que un niño aguanta la respiración dentro del agua de la bañera, agarrándose a la mano del padre, a la esfera de un reloj en el que cada segundo se marca a fuego. Conocemos los hechos del naufragio del submarino 'Kursk' en el mar de Barents, donde casi 200 hombres perdieron la vida, pero es que además los podemos ver escritos en cada plano del film, en la tensión de los marines, en sus cantos de fraternidad y sus chistes, y en la dignidad de las mujeres y los hijos que les esperan en la base militar. Cada minuto anticipa, con una sensación constante de alarma, la tragedia del desenlace.