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A pesar de que ya ha pasado prácticamente un siglo desde que Irlanda dejó de formar parte del Reino Unido y ahora sea una república parlamentaria, la isla esmeralda tiene una reina. En 2015 Rory O’Neill, mejor conocido como la drag queen Panti Bliss, se convirtió en realeza irlandesa (en el sentido figurado) al encabezar uno de los movimientos en pro de los derechos de la comunidad LGBT más importantes en el país.
En La reina de Irlanda, el director Conor Horgan cuenta la historia de O'Neill y el papel central que jugó su personaje drag en el histórico referendo constitucional que sometió a voto popular la igualdad de matrimonio entre personas del mismo sexo en Irlanda. El documental recorre la vida de O'Neill desde su infancia en un pequeño pueblo rural, pasando por la evolución de Panti en la escena drag internacional y su diagnóstico de VIH; hasta su popularidad actual como comediante y activista.
Al mismo tiempo, retrata el desarrollo de la comunidad LGBT en Irlanda: desde los bares gays clandestinos de los setentas y ochentas hasta la entrevista en televisión nacional y el discurso de Panti que llevó el tema de los derechos de la comunidad LGBT a la agenda del parlamento irlandés; con ambas líneas narrativas culminando en el mismo punto crucial: el día del referendo.
La mayor virtud de La reina de Irlanda es su monarca: Rory O’Neill, quien con su elocuencia y autenticidad da vida a la cinta. Horgan y el editor Mick Mahon logran balancear contexto histórico y personaje, contando en poco menos de una hora y media una historia cautivante e inspiradora.