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¿Cómo reaccionarías si en una noche solitaria, sin tu novia o esposa, un par de mujeres muy atractivas tocaran a tu puerta y te ofrecieran la mejor noche de tu vida? ¿Aceptarías? ¿Pensarías en las consecuencias? Con esta premisa, el director Eli Roth crea una trama de terror psicológico en su nuevo filme.
Quien fuera “el Oso judío”, de Bastardos sin gloria (Quentin Tarantino, 2009), ahora dirige a Keanu Reeves en un papel poco convencional: Evan Webber, un padre y esposo modelo que tiene un par de días infernales gracias a dos hermosas chicas, Genesis (Lorenza Izzo) y Bel (Ana de Armas), quienes se presentan en su domicilio durante una noche lluviosa.
Todo parece funcionar en la película hasta que aparece el nudo de la historia. Mientras que el héroe de la trilogía Matrix cumple con su rol, las villanas dejan bastante que desear; no obstante, el problema no es de la actuación, sino del guión. No hay una concepción o construcción definida. No se genera miedo, odio o algún otro sentimiento hacia las antagonistas, sólo aparecen haciendo cosas malas.
Sin embargo, Lado oscuro del deseo entretiene; hay tensión y humor negro atinado en algunas secuencias que invitan a reflexionar acerca de la popular frase “todos los hombres son iguales”.